1.- No hable Ud., ni con el compañero ni con los
circunstantes; es antiestético, convierte al baile en acto mecánico y revela
que se tiene poco interés en él. Además, todas las danzas tienen un argumento o
un significado, y la charla lo anula o desnaturaliza.
2.- Ponga su alma en el baile, siéntalo: no dance
mecánicamente, fríamente, como un autómata, como quien hace gimnasia por
obligación. Conozca bien no sólo la coreografía sino la naturaleza, el
significado y hasta la historia de las danzas, para dar a cada una su propio
estilo y juego pantomímico.
3.- Respete siempre a su compañero, baile éste bien o ...
regular; en ningún caso lo menosprecie, lo rehuya o le escatime su mirada o su
saludo - salvo cuando el argumento lo requiera, desde luego -. Atienda a él y
al baile hasta el compás final, despreocupándose de los circunstantes y de
cualquier otra cosa.
4.- Mire y cumplimente siempre a su compañero, salvo cuando
el argumento de la danza lo prohiba o la posición lo impida; sonríale en todo
momento y salúdelo amablemente en toda oportunidad propicia. - Durante las
mudanzas la dama debe mirar a menudo los ágiles pies de su compañero, que
zapatea en su homenaje.
5.- Si el compañero se equivoca, haga todo lo posible por
salvar o disimular el error, evitando ponerlo en evidencia, nunca cometa la
torpeza de burlarse de su pareja o abochornarla.
6.- Respete el baile y su significado, ajustándose fielmente
a la coreografía y a las figuras propias y tradicionales. No haga ni invente
cosas raras, tratando de exhibirse o sobresalir, nunca desluzca un baile por
querer lucirse Ud. Bailar con "estilo propio" no significa - ¡qué
esperanza! - tener carta blanca para hacer cualquier modificación.
7.- Procure desarrollar un estilo propio, pero respetando
siempre las coreografías y la naturaleza de las danzas. Aténgase a los pequeños
detalles de ejecución: forma de marchar, zapateando o no en ciertos momentos,
largo de los pasos, según los diferentes tramos de las figuras, práctica u
omisión de pausas y detenciones: zapateos, zarandeos característicos, etc.
8.- El caballero debe ser galante y adaptarse al modo de
bailar de la dama. Si, p.ej. ella hace en una danza las esquinas con giro
final, el varón debe efectuarlas en igual forma.
9.- Practique algunas pausas y detenciones para cumplimentar
y saludar al compañero, por lo menos en el último compás de las vueltas, medias
vueltas y esquinas y en el segundo de los giros, en éste marcando el compás.
10.- Baile con sencillez y mesura, evitando caer en toda
exageración, tanto en las mudanzas como en las demás figuras y movimientos.
¿Qué puede pensarse del caballero que, buscando aplausos, hace cabriolas
acrobáticas y contorsiones deformantes en los zapateos, y de la dama que, por
igual motivo, levanta y mueve espectacularmente sus polleras o efectúa
zarandeos groseros?.
11.- Observe bailar a los que saben - y a los que no saben
también - y hágalo con atención, en forma crítica. Todos pueden enseñarle algo
pero desde luego, trate de imitar lo bueno y de evitar lo inconveniente.
12.- Varíe las mudanzas en los distintos tramos del zapateo
y zarandeo de una misma parte de cada baile: no haga siempre las mismas. Si
puede cámbielas en ambas partes: ¿puede Ud, caballero, por ej., lucir mudanzas
distintas en cada uno de los 8 tramos de zapateo del triunfo?.
13.- En los bailes de enlace el caballero debe procurar no
avanzar siempre de frente, obligando a la dama a marchar de espaldas, es más
galante que él lo haga en ésta última forma, permitiendo así a su compañera
avanzar de frente.
14.- Baile mentalmente tanto como pueda. Aprenda la
coreografía y trate de conocer la música y letra de la danza y luego deje jugar
a su imaginación para hacerla más pintoresca.
15.- No observe sus pies al bailar, lo hace aparecer
improvisado. En lo posible observe a su compañero.
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